Dicen los manuales militares que la táctica es un movimiento tendiente a generar una situación para conquistar un objetivo. Supone la existencia previa de un plan, de una estrategia, cuya ejecución puede encontrar determinados obstáculos que deben ser superados a través de acciones o movimientos. Es decir, de tácticas. Así podemos concluir que la táctica posibilita llevar a plenitud la estrategia.
Empero, se debe advertir que muchas tácticas dan origen o causan otras jugadas a la otra parte. De tal manera que para delinear una táctica tiene considerarse o preverse la respuesta del otro. Eso significa que cualquiera que sea la táctica que se juegue hay que analizar la negociación o el juego, en el caso de la teoría de los juegos como si fuera de turno consecutivo. Las tácticas suscitan una respuesta de los otros y después una replica de acuerdo con la respuesta. En consecuencia, el correlato con una táctica convierte lo que hubiera sido un juego de turno simultáneo en uno de turno consecutivo. Existen numerosos tipos de tácticas, según la característica de los participantes, el medio donde se realiza la negociación y las circunstancias externas.
La mayoría de los autores la enumeran únicamente. Otros como Donald G. Gifford —autor de la obra Legal Negotiation: theory and applications— las identifican con las estrategias, llamándolas indistintamente estrategias o tácticas, razón por la cual reconoce igual número de tácticas que las tres estrategias que estudia: la competitiva, la cooperativa y la que llama resolución de problemas. Nosotros las diferenciamos claramente y pretendemos clasificarlas a fin de permitir un uso más armonioso en razón de la estrategia que se haya diseñado.
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