La agricultura ecológica es un sistema para cultivar una explotación agrícola autónoma basada en la utilización óptima de los recursos naturales, sin emplear productos químicos de síntesis, u organismos genéticamente modificados (OGMs) -ni para abono ni para combatir las plagas-, logrando de esta forma obtener alimentos orgánicos a la vez que se conserva la fertilidad de la tierra y se respeta el medio ambiente. Todo ello de manera sostenible y equilibrada.
El suelo asume una importancia vital y no es un mero soporte de las plantas, sino un complejo entramado de vida que se debe potenciar y mimar. Es el único método de agricultura que busca armonizar el funcionamiento de los sistemas naturales con los intereses del ser humano consiguiendo alimentos saludables con rendimientos sostenibles y asegurando la conservación de los recursos naturales, la salud de las personas y contribuye a paliar los efectos del calentamiento global.
La agricultura ecológica se diferencia de otros sistemas de producción agrícola en varios aspectos:
- La fertilidad y actividad biológica del suelo se mantiene mediante el cultivo de leguminosas, el abonado en verde y las plantas de enraizamiento profundo, siguiendo un programa de rotación de cultivos anual. De esta forma se reduce la erosión hídrica del suelo, fija el nitrógeno atmosférico y supone un aporte de materia orgánica al suelo.
Esta medida puede complementarse incorporando a la tierra estiércol procedente de explotaciones ganaderas ecológicas y materias orgánicas transformadas en compost o sin transformar.
Si con estos sistemas no se ha logrado todavía una nutrición adecuada de los vegetales, se pueden incorporar fertilizantes orgánicos o minerales naturales poco solubles que no se obtienen mediante síntesis química y que figuran en el anexo I del Reglamento (CE) 889/2008.
- La protección de las plantas contra los parásitos y las enfermedades pasa por:
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- la selección de las especies y las variedades que sean resistentes por naturaleza,
- la aplicación de programas de rotación de cultivos,
- el empleo de medios mecánicos de cultivo,
- la quema de malas hierbas y
- la protección de los enemigos naturales de los parásitos, como la conservación de setos o nidos.
Cuando sea necesario utilizar productos fitosanitarios solo podrán emplearse los que figuran en el Anexo II del Reglamento (CE) 889/2008.
El periodo mínimo para convertir una parcela de agricultura convencional en ecológica es de dos años para cultivos anuales y tres para cultivos perennes.
La normativa permite la recolección silvestre en zonas naturales, bosques y zonas agrícolas siempre que, durante tres años, estas zonas no hayan sido tratadas con productos prohibidos.
Nuestro país reúne condiciones para el desarrollo de este tipo de agricultura por su favorable climatología y los sistemas extensivos de producción que se aplican en un gran número de cultivos.