De acuerdo a la definición establecida por la Ley, un manipulador de alimentos es:
Aquella persona que por su actividad laboral tiene contacto directo con los alimentos durante su preparación, fabricación, transformación, elaboración, envasado, almacenamiento, transporte, distribución, venta, suministro y servicio.
Así pues, y de acuerdo al Real Decreto Ley 202/2000, al Real Decreto 109/2010 y al reglamento europeo CE 852/2004, todo trabajador que encaje con dicha descripción debe tener un Certificado de Manipulación de Alimentos que le permita ejercer su labor de acuerdo a la legalidad vigente.
La manera de demostrar que se tienen los conocimientos necesarios sobre higiene y seguridad es obteniendo el certificado o carnet de manipulador de alimentos. Todos los que se vayan a dedicar profesionalmente a cualquier actividad en la que haya que manejar alimentos, deben contar con su correspondiente certificado.
Lo cierto es que no solemos pensar en la cantidad de personas por las que pasan los alimentos que tomamos, desde la cadena de producción, hasta los cocineros en un restaurante. Esto provoca que sea indispensable ofrecer la formación suficiente para minimizar los riesgos de contaminación al máximo. El objetivo es evitar todos los posibles problemas que pueden aparecer en el caso de que el alimento no se manipule correctamente.
Las normas y medidas de seguridad que se deben seguir están recogidas en los cursos para obtener el certificado de manipulador de alimentos. Una vez se haya realizado el curso, en cualquiera de sus distintos formatos, es necesario realizar un examen para conseguir el carnet correspondiente.
Desde hace unos pocos años, la denominación del título que permite el manejo de alimentos ha variado. El antiguo carnet, ha pasado a llamarse Certificado de Manipulador de Alimentos, aunque, realmente, casi todo el mundo lo sigue llamado de la misma manera: carnet de manipulador.
En cualquier caso, este certificado acredita que la persona que lo posee ha recibido la formación necesaria para poder manipular los alimentos de manera que evite cualquier problema higiénico o de seguridad alimentaria.
Las propias empresas tienen la posibilidad de realizar la formación de manera gratuita a sus empleados, pero es algo que no se da con frecuencia, puesto que requiere tener personal dedicado y especializado y un plan de formación adecuado. Así pues, y especialmente para las empresas pequeñas, esto supone un gasto de tiempo y de recursos que no siempre pueden permitirse.
Por ello, y a menos que se consiga acceder a algún curso impartido por alguna institución pública, lo normal es acudir a empresas de formación online especializadas que ofrezcan dicha formación con garantías. Además, se puede realizar por Internet, lo que presenta ventajas obvias como la rapidez, comodidad y sencillez con respecto a los cursos presenciales.
Sea como sea, si la empresa es de confianza, ya sea de formación online o presencial, es importante que tengas en cuenta que ambas tienen la misma validez. Los importante es recibir la formación sobre los riesgos y buenas prácticas que se debe tener al manipular los alimentos y que dicha formación sea acreditable por una entidad de formación de referencia.